En el marco del Día del Lector, vivimos en el SUM de nuestra escuela una propuesta muy especial.
La idea y diseño de la actividad fueron pensados por nuestra bibliotecaria Luz, y con gran entusiasmo, la docente de grado fue quien la llevó adelante con sus estudiantes, guiando cada paso con dedicación y alegría.
La dinámica consistió en descubrir un libro a través de pistas. Cada señal revelaba un detalle del texto; si despertaba interés, los chicos podían avanzar hacia la siguiente pista, y si no, elegir otro camino para llegar a un libro diferente.
El recorrido se transformó en un juego lleno de expectativa, risas y emoción. Finalmente, todos llegaron al libro envuelto como un regalo. Abrirlo en simultáneo fue un momento mágico, que dio paso al silencio compartido de la lectura y a la felicidad de disfrutar juntos una historia.
Esta experiencia nos recuerda que disfrutar de un buen libro siempre es un momento placentero, un espacio que abre la imaginación, enriquece y nos une como comunidad lectora.